"La metáfora del cuerpo humano en relación con el trabajo hortícola no solo involucra los aspectos físicos anteriormente citados sino que, además, incluye, en aquellos casos donde la horticultura ha calado más profundamente, otra concepción del tiempo. Que asemeja su paso por el cuerpo y en la vida personal tal como ocurre en los ciclos de las plantas, en un tipo de percepción o afectividad más consciente, más presente e incluso diferente a los ritmos hegemónicos que corren vertiginosamente. Donde además el ciclo del crecimiento, la muerte y la resurrección a través de mágico compost, habla de un ciclo inacabable de la vida, todo lo cual contribuye a una particular manera de ser, estar y sentir en el mundo."
(Extracto de: Hernández, S (2009): "Cultivando en la ciudad y otras hierbas: Aproximación antropológica a la experiencia de horticultores/as urbanos/as en Santiago de Chile, " Santiago, Universidad Bolivariana.
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