Hierbas aromatizando los aires, frutos maduros acompañando las veredas.

El padre sol aún no entrega sus rayos majestuosos, la madre tierra se prepara para recibir nuevas semillas, otoño, tiempo de preparación. Los pequeños espacios rurales de la ciudad se alegran al recibir a nuevos/as horticultores/as dispuestos/as a danzar con la luna, con el agua.

sábado, 14 de mayo de 2011

Huerta esprial de esperanza

Huerta urbánica espiral callejera

Después de una mañana de trabajo, hemos creado un nuevo micro espacio hortícola dentro de la ciudad, niños y niñas, madres y padres estuvimos trabajando para formar esta huerta urbánica espiral, junto al paso de cientos de personas ávidas por reencontrarse con la naturaleza, con los aromas y posibildiades que las hierbas y hortalizas nos brindan.

¡Caracol, caracol saca tus hierbitas al sol!

La huerta fue construida en un espacio de tierra junto a la vereda, en medio de transeúntes que no terminaban de comprender qué hacíamos. La mejor receta para pasar el frío es el movimiento logrado al picar el suelo y mezclar las diferentes capas: restos de verduras de la feria, guano de gallina del campo en Peralillo, estiércol de yeguas felices y compost del Huerto Orgánico Las Niñas, todo revueltito para dar paso al colchón de vida que cobijará a las hierbas. El romero en el centro, distribuyendo su energía entre los demás seres que habitan el huerto espiral: cilantro, tagetes, lavanda, malvarosa paa encantar con su aroma limón, una borraja y el preciado toronjil para la pena. Esperamos que más talleres de huerta urbánica sigan desarrollándose, con la ayuda de madres, padres e hijos/as interesados/as en propiciar espacios donde la vida continue, pese a la contaminada realidad que nos rodea en Santiago de Chile.