Llegan un puñao de porotitos de colores, para treparse en las cañas dulces de nuestros choclos.
¡Vamos chiquillos!, tienen que lucir sus vainas, resplandecer en el valle del Mapocho, como siempre lo han hecho. ¡Trepen, trepen y dejen que los niños se cuelguen de sus enredaderas!
¡Vamos chiquillos!, tienen que lucir sus vainas, resplandecer en el valle del Mapocho, como siempre lo han hecho. ¡Trepen, trepen y dejen que los niños se cuelguen de sus enredaderas!
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